domingo, 3 de agosto de 2008

3 de agosto

Me ha enviado a vendar a los quebrantados de corazón, a proclamar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de cárcel... a consolar a todos los enlutados. (Isaías 61:1-2)
Has buscado mis ovejas en el desierto, aquellas que se han descarriado? ¿Has estado en los lugares desiertos y desolados donde se hallan las ovejas perdidas y errabundas? ¿Has transitado por los caminos y por las calles sucias y oscuras? Si así lo has hecho, puede ser que en la luz del crepúsculo hayas podido ver la huella de mis pies heridos.
¿Has llevado el agua viva al alma abrasada por la sed? ¿Le has dicho al enfermo y al herido que Cristo Jesús les puede sanar? ¿Les has hablado a mis hijos desfallecientes de la fortaleza del brazo de su Padre? ¿Has guiado sus pasos vacilantes hacia las playas de la Tierra Dorada?
¿Te has detenido junto al triste y angustiado? ¿Has suavizado la almohada al moribundo? ¿Has consolado al débil en la fe y al afligido? Y cuando la gloria entra a raudales por la puerta abierta y traspasa las sombras ¿Te has dado cuenta que yo también pasé por eso?
¿Has llorado con el quebrantado que agoniza en su infortunio? Si así lo haces, me oirás decir: "Por estos caminos transito yo"-
"Dios no nos consuela para darnos comodidad, sino para que seamos consoladores".
J. H. Jowett.

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